Ese estado de plenitud, paz y equilibrio no es una meta, sino una elección consciente que hacemos cada día. Prácticas simples para lograrlo.
Por: Fundación Magnolia
Ese añorado sentimiento de plenitud, de calma o de paz y equilibrio no es una meta a la que llegamos después de atravesar todo tipo de situaciones y procesos. Más bien, es una elección consciente que hacemos cada día: volver a lo esencial, incluso en medio del caos y los desafíos cotidianos.
La buena noticia es que, sin importar el entorno en el que nos movemos —ya sea una ciudad caótica o un momento de la vida con múltiples desafíos —, no estamos atrapados en patrones fijos. Nuestros pensamientos, emociones y comportamientos no solamente influyen en nuestra mente, sino que también transforman nuestro cerebro.

Como explica el psicoterapeuta Ernest Rossi en The Psychobiology of Gene Expression, “Nuestras experiencias pueden modular la expresión genética y la neurogénesis en modos que realmente cambian la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro”. Este poder transformador está al alcance de todos, pero requiere intención y pequeños cambios en la manera en que nos enfrentamos a nuestra realidad.
Para lograr una vida más plena en 2025, te ofrecemos unas prácticas simples y sostenibles que te permitirán regresar a tu centro, todas las veces que sea necesario. Aquí te compartimos algunas claves, cuidando siempre tu bienestar:
Reconoce tus propias contradicciones como punto de partida
La humanidad ha alcanzado grandes logros en ciencia, tecnología y arte, pero quizás su mayor hazaña sea reconocer su propia disfunción. Como señala Eckhart Tolle en A New Earth, este acto de consciencia es el primer paso hacia la transformación.
Reconocer nuestras narrativas internas —esos pensamientos y creencias limitantes que moldean nuestra vida diaria— es fundamental para liberar el potencial de una vida más plena y equilibrada. Este proceso no significa negar la complejidad de nuestras emociones o experiencias, sino aprender a mirarlas con compasión y curiosidad.
Reescribe la narrativa de tus pensamientos
Nuestros pensamientos no solamente influyen en cómo percibimos el mundo, sino que también determinan cómo lo experimentamos. Cada pensamiento puede reforzar viejos patrones o abrir la puerta a nuevas posibilidades. Pregúntate: ¿cuál es la historia que me cuento sobre mí misma? ¿Es una historia que me impulsa o que me limita? Si te limita, haz el trabajo de reconocerla, sanarla y finalmente, liberarla. Así das espacio a que llegue un nuevo capítulo.
Observa el impacto transformador de tus pensamientos
La neurociencia confirma que el cerebro tiene la capacidad de reconfigurarse, un proceso conocido como neuroplasticidad, que nos permite salir de viejos patrones y abrirnos a nuevas posibilidades. Este año, observa tus pensamientos y cuestiona aquellos que te detienen o no te permiten avanzar. Por ejemplo, si te encuentras pensando: "no soy lo suficientemente buena para llevar este proyecto a cabo", detente y pregúntate: ¿es este pensamiento un reflejo de la realidad o solo un hábito mental? ¿Qué experiencias anteriores me demuestran que ya he superado retos similares? También puedes contrarrestarlo con afirmaciones constructivas, como: "estoy aprendiendo cada día" o "los errores han sido oportunidades para crecer". Este ejercicio te ayudará a cambiar la narrativa interna y avanzar con mayor confianza.
El presente: tu mejor conexión
Practica la atención plena (mindfulness), meditación o simplemente dedica unos minutos al día a observar tu respiración. Andrea Knepper, fundadora de Chicago Adventure Therapy, implementó estas prácticas de forma innovadora al trabajar con comunidades afectadas por el trauma. A través de actividades como el kayak y la exploración al aire libre, combinadas con ejercicios de mindfulness, ayudó a los participantes a reconectar con el presente, permitiéndoles calmar el sistema nervioso y construir resiliencia. Este enfoque integrador no sólo ofreció un espacio seguro para la sanación, sino que también demostró que la conexión consciente con el presente puede "reconfigurar un cerebro cambiado por el trauma" y abrir nuevas posibilidades para quienes enfrentan experiencias difíciles. Cuando vives en el momento presente no sólo reduces el estrés, sino que respondes de manera consciente a los desafíos.
Identifica y desafía tus creencias limitantes
A menudo cargamos con creencias que nos frenan: ideas arraigadas sobre lo que podemos o no lograr, sobre quiénes somos o lo que merecemos. Identificar y desafiar estas creencias es esencial para seguir creciendo. El Dr. Joe Dispenza propone una herramienta práctica: reflexiona sobre tus creencias y pregúntate, ¿de dónde vienen?, ¿son realmente ciertas?, ¿me están ayudando o limitando? Una vez identificadas, reemplázalas por afirmaciones más constructivas. Por ejemplo, transforma el "no soy capaz de lograr esto" en "estoy aprendiendo y cada día estoy más cerca de mis metas". Este simple ejercicio, practicado con regularidad, puede cambiar la manera en que ves el mundo y abres posibilidades nuevas.

Usa tus emociones como aliadas de cambio
Nuestras emociones no son un obstáculo, sino una brújula que puede guiarnos hacia el bienestar si aprendemos a gestionarlas. Este año, enfócate en sacar provecho de aquello que te nutre y alienta, incluso cuando las circunstancias parezcan adversas. Fijar la atención en la gratitud, la alegría, la salud o los pequeños momentos de conexión puede tener un impacto profundo en tu estado mental y físico. Cultivar esta perspectiva, aunque sea en contra de la corriente, es una elección consciente que transforma cómo experimentas la vida.
Reconoce el poder de los pequeños hábitos
El cambio no ocurre de la noche a la mañana, pero pequeños —y constantes— hábitos transforman la realidad frente a ti. Una jornada de autocuidado, un momento diario de respiración profunda o una caminata en la naturaleza pueden tener un impacto significativo. Según investigaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la conexión con la naturaleza reduce el riesgo de depresión, fomenta la conexión social y acelera la recuperación del estrés. Busca maneras prácticas de tener estos beneficios todos los días.
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